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Referencia a los Billetes Polímero y Sugerencias de Colección

Descripción de datos históricos importantes y sugerencias de cómo empezar a coleccionar billetes polímero.

Referencia a los Billetes Polímero y Sugerencias de Colección

La palabra “dinero” tiene muchas definiciones en la literatura, que se resumen en la concepción de éste como un elemento (físico o digital, con la introducción de las criptomonedas en la última década) que cumple tres funciones principales esenciales en las operaciones comerciales: ser aceptado como medio de pago, como unidad de cuenta y servir como reserva de valor.

El dinero ha existido en diversas formas a través de la historia. Las primeras acuñaciones de monedas se estiman hacia el año 500 A.C; mientras que los primeros billetes a partir del año 1361.

Un aspecto asociado directamente al dinero desde que empezó su uso, fue la falsificación y reproducción por personas o entes no autorizados. Este hecho ha sido una constante a través del tiempo en las especies monetarias metálicas e impresas. Los imperios, reinos, comunidades y gobiernos han tratado de luchar contra este flagelo adoptando diversos enfoques, siendo uno de ellos la innovación tecnológica, que siempre ha estado presente en la acuñación e impresión de monedas y billetes.

Como un ejemplo de falsificación en nuestro país, es de hacer notar que el billete de 500 Bolívares correspondiente a las emisiones de Noviembre de 1971 y Enero de 1972, conocido popularmente como “Guri” por la representación de una vista panorámica de la Represa del Guri en su reverso, fue falsificado casi inmediatamente después de su salida al público. Tales falsificaciones fueron impresas en muy alta calidad y aprovechando los pobres elementos de seguridad del billete en cuestión (muy escasa marca ultra violeta de seguridad, inexistente impresión en tinta ultravioleta, impresión de marca de agua en baja calidad), cuando, comparativamente, billetes de menor denominación como los de 20 y 100 Bolívares, e impresos por el mismo fabricante Thomas De La Rue Co. (actual De La Rue), ya contaban con elementos de seguridad mejorados.

La combinación de un alto valor facial, alto poder adquisitivo del Bolívar para la fecha y pobres medidas de seguridad hicieron al billete del Guri un candidato atractivo para la reproducción ilegal. El Banco Central de Venezuela decidió rápidamente sacar de circulación dicha especie monetaria, y aunado a la poca cantidad impresa, mitigó el posible daño patrimonial al estado y a la población.

Uno de los más importantes y recientes avances de la ciencia en el ámbito monetario ha sido la adaptación y uso de polímeros sintéticos (plástico) en la fabricación de “papel” moneda, denominados “Billetes de polímero” o “Billetes plásticos”. La tecnología fue desarrollada en Australia, por su Banco Central y científicos pertenecientes a sus universidades y centros de investigación estadales, pensando en formas de aplicar el dispositivo óptico variable (OVD en inglés) en las especies monetarias. El dispositivo óptico variable es un elemento de seguridad en impresos, que tiene la función de evitar la reproducción exacta por fotografías o imágenes escaneadas, aprovechando la aplicación de estructuras ópticas difractivas, es decir, una forma de impresión que refleja la luz de diferentes formas (colores) dependiendo del ángulo desde donde el observador se posicione. Los llamados hologramas, muy vistos en la vida cotidiana, son una tipo de dispositivo óptico variable.

Nota: el billete referenciado pertenece a la emisión conmemorativa al Mundial de Fútbol del año 2018; lo tenemos en venta en el siguiente ENLACE

Los billetes plásticos presentan una ventana transparente con un dispositivo óptico variable como principal elemento de seguridad, aparte de los existentes para los billetes de papel (marca de agua, impresión en tinta ultravioleta, cintas metálicas de seguridad, impresión en relieve, entre otros).

Entre las ventajas de los billetes plásticos están su durabilidad (un billete de papel tolera cerca de 10.000 dobleces, mientras que uno plástico 25.000), su alto nivel de seguridad por las razones antes explicadas, el material es reciclable (no aplica para las ediciones en Tybek) y son más higiénicos que los de papel, aspecto de relevancia considerando la pandemia por el Covid-19. Como aspectos en contra, están su poca permeabilidad para absorber la tinta, la cual tiende a aclararse o borrarse con el uso (como ocurrió en los billetes de Nigeria y regresaron a los de papel) y su difícil manipulación cuando presentan humedad, pues tienden a adherirse entre sí.

Venezuela ha tenido relación y cercanía con los billetes plásticos en diferentes momentos. En la década de los 80, la American Bank Note Company (ABNC) presentó pruebas de billetes plásticos al Banco Central de Venezuela para la edición conmemorativa de 10 Bolívares de 1980 y el 20 Bolívares modelo Páez, en polímero (tipo Tyvek, de la empresa Dupont) y existen pruebas en tal material, pero dichas emisiones no fueron aprobadas. Posteriormente, el Tyvek mostró problemas con la tinta y su fragilidad en países como Haití y Costa Rica, sacando este material de fabricación del mercado.

Para la reconversión monetaria del año 2008 (Bolívar Fuerte), se evaluó la incorporación de billetes plásticos a nuestra nación, con miras a fabricarlos en la Casa de La Moneda en Maracay, pero diferentes factores no hacían viable ni justificable dicha inversión, pues se requería comprar maquinaria nueva para la impresión en polímero (cuando la que está en Casa de La Moneda para papel tiene considerable vida útil vigente aún) y se estipuló sustituir el cono monetario en 6 meses (que no era viable, debido a que la producción en polímero era limitada a nivel mundial en ese momento, no era posible producir grandes cantidades en poco tiempo).

Algunos coleccionistas se han motivado a reunir sólo billetes plásticos, por la novedad que representan y su ciertamente limitada cantidad existente. Comenzaron a emitirse a partir de 1983, lo que hace que la colección sea, hasta cierto punto, de fácil acceso (no hay billetes “imposibles”), la mayor parte de los billetes son económicos (exceptuando aquellos faciales de alto valor) y las primeras ediciones son aún asequibles, inclusive, en alto estado de conservación. Otra ventaja, tal vez más en cuenta para coleccionistas con experiencia en billetes, es que los billetes plásticos tienen un menor riesgo a deteriorarse ante la presencia de humedad y hongos, punto que es delicado en las colecciones que implican papel o impresos.

Como formas de hacer la colección, podemos sugerir:

A) Un billete por país (64 billetes)

B) Un billete por denominación, por país (167 billetes)

C) Un billete por modelo, por denominación, por país (234 billetes)

D) Un billete por fecha, por modelo, por denominación, por país (más de 800 piezas)

E) Un billete por serial, por fecha, por modelo, por denominación, por país (???????)

La cantidad de países que están incorporando billetes en polímero avanza de forma paulatina, y aunque potencias económicas mundiales como Estados Unidos, China y la Unión Europea demorarán por diferentes y particulares razones su implementación, los estudios Costo – Beneficio, las encuestas en la población general y a los trabajadores en los sectores bancario / financiero y la disminución en la cantidad de falsificaciones, contribuirá a que cada vez esté la balanza más a favor de su adopción generalizada.

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